viernes, 5 de noviembre de 2021

El niño con hambre

Hoy doy inicio a una serie de relatos de vida o hechos cruciales, que para mí veo mientras estemos vivos, y te puedes dar cuenta. No me pregunten quien era o quienes eran o si lo conoces entre muchas más solo quiero que quede escrito y que tú seas testigos de muchas vidas. 
Como dicen cada cabeza es un mundo y de ese mundo hay muchas experiencias. Y aquí vamos.



Aquella mañana muy temprano un niño sale a estudiar en un barrio donde si no aprendes a defenderte o eres débil no triunfarás, como muchos rincones de este planeta o como algunos que tú puedes conocer. Como todos los días salias a estudiar y para llegar a estudiar no debías salirte del camino seguro, o podrías caer a un abismo del mal. E ignorabas los acontecimientos que te encontrabas en el camino cómo ver personas malas, fumando yerbas, o talvez asesinadas y tiradas en el suelo esperando solo que llegue el carro funerario para llevárselo. En fin ese era un día normal como todos los días. Sales a la escuela estudias recoges botellas para reclamar un pastel en la caseta de la escuela porque no hay dinero. Y regresas a casa, pero a diferencia de muchos que te esperan con una sopa caliente y un abrazo de mamá o papá. Pues aquel pequeño era todo distinto era una habitación sin nada solo una cama y ropa solo lo necesario como te podrás imaginar. Para cocinar solo era con leña y tocaba ir a la carpintería a pedir leña para cocinar. Y si habría algo que cocinar. 

Aquel medio día llega deja el bolso con sus libros y con mucha hambre porque no hubo el día de hoy muchas botellas para recoger y cambiarla por un pastel en la caseta de la escuela para comer. Mira al cielo y se pone en llanto, pues empieza a maquinar la mente (pensar y pensar porque es así la vida). Con el hambre hasta los huesos había un fuerte olor a pan de una panadería que estaba al lado de la casa y quedaba el techo bajito en el solar donde estaba la cocina de leña de aquel niño. 

Maquinando mucho (pensando) se le viene a su mente entre llanto y desolación porque su mamá estaba trabajando y solo llegaba en la noche pues su salario no alcanzaba mucho. El pequeño llegaba todos los días de la escuela hambriento pero aquel día todo le parecía injusto pues siempre quería ser bueno y ser el mejor alumno del colegio como así lo veían. Y eso era su más doloroso en tomar decisiones malas. Ese día se acercó al patio de su casa donde salía aquel olor a pan cuando lo hornean, y se imaginaba comer ese pan rico y caliente pero lleno de lágrima ni siquiera tenía dinero para un solo pan.  Y pensó, decidió reprochando a Dios por su condición el cual era una familia cristiana dónde le tenía temor a Dios. Pensó en su mente y maquino lo que iba hacer, algo que me llamo la atención fue que aquel niño le pedía a Dios que siempre lo usará para hacer el bien y no lo malo, ese día ya estaba decidido ir a robar el pan para saciar su hambre. 

Se acercó a la pared que quedaba más abajo de su casa y el techo quedaba como a su cintura era fácil quitar el techo y entrar por el pan, y mientras estaba mirando como lo hacía mentalmente y después de llorar mucho y de reprochar a Dios observando como iba a hacer el robo, y decidió que si lo hagarraban era por hambre. Paso el milagro y Dios le respondió.

Mirando una esquina para entrar vió como una rata o ratón pero como de un palmo de la mano, grande era el animal, jalaba una bolsa más grande que ella y era un super pan grande como de dos palmos de la mano en su interior estaba el super pan. La rata grande jalo y jalo hasta sacarlo por un hoyo que estaba en la esquina con el techo, y al voltear se da cuenta que aquel niño estaba mirándola y de una se asusto y salió corriendo dejando aquel manjar que eso era lo que veía el niño. El pequeño miro al cielo y llorando vio que Dios le había contestado. De inmediato el niño agarró la bolsa con el pan tenía un pequeño mordisco de la rata que la saco. Sin importar quitó ese pedacito y comió y pudo calmar el hambre hasta que la madre llegó por la noche y llevo algo de la comida que a ella le daban. 

Aquel niño se dió cuenta que nunca iba a estar solo que siempre Dios iba a estar a su lado y que era solo pedirle como padre a su hijo, pues el niño no conocía a su padre que será otra historia por contar.
Esta es la maravillosa historia del niño con hambre,  y así supo que debía seguir siendo de bien como todos lo conocían.

A veces la vida te muestra extremos que tú debes decidir, pero no confiamos que hay un ser que nos creo y que el vela por tí. Dios mi Protector.

Gracias por llegar hasta aquí. 

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